
Cuando nos parece que ya hemos visto de todo, aparecen nuevos artistas con ganas de experimentar, de abrir nuevos caminos, como ahora las guerrilla artísticas urbanas inflables y lúdicas de Filthy Luker. Junto con Pedro Estrellas –es un dúo de artistas callejeros con estilo propio– atacan las calles, pero lo hacen de manera artística. Sí, ataques de arte, que él define como ‘chistes gigantes’ esparcidos por la ciudad, ya que le da un toque lúdico a través del efecto sorpresa. Sin consecuencias negativas, estos ataques transforman al paisaje urbano y consiguen que los ciudadanos dejen de mirar el móvil cabeza abajo y aprendan a mirar su entorno con otras gafas.
Sus obras atractivas más típicas son los enormes tentáculos verdes inspirados en películas de monstruos que se enredan por las columnas o que aparecen desde las ventanas de edificios emblemáticos. Así mismo, también hace arte con ojos gigantes en árboles, arbustos, plantas de parque o plazas que parecen que observan al que pasea por ahí tranquilamente, o bien con cohetes y lápices en los techos de los edificios. De hecho, hace poco, ha sido el creador de la escultura inflable más grande del mundo en un edificio abandonado de Philadelphia (foto, arriba).
Según consta en su página, su trabajo callejero está dividido en tres modalidades: ‘Ataques de arte’ , ‘Vida de calle’ y ‘Manifestación’. La primera de ella son las esculturas inflables que integra en el mobliario urbano como recursos humorísticos, que las crean con la ayuda de Designs in Air, su compañía productora inflable. Y es que aunque empezó (de forma clandestina e ilegal) en Bristol a humillar el entorno urbano y la raza humana en general a través del arte con humor, Filthy Luker ya está reconocido y solicitado por otras ciudades inglesas. A esto se la llama intervencionismo urbano, señores y señoras. T: Anaïs Faner
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